lunes, 26 de diciembre de 2011

Me equivoqué.

Porque me equivoqué, lo sé. Y ahora me arrepiento. Pero no hay marcha atrás. Porque estoy segura de que ya no puede tener solución.
Y lo mismo me pasó una vez. Pero al fina fue. Claro que fue. Qué feliz que era. Aunque solo fuese por unos pocos días. Pero ahora la distancia no creo que ayude. Por supuesto que no va a poder ser. Pero bueno, da igual, porque en realidad no es tan importante... O eso es lo que quiero creer. Porque eso ha estado siempre ahí... Y ¿por qué ocurre todo esto ahora? No lo sé y de verdad que quiero saberlo. Aunque preguntármelo a mi misma supongo que no servirá de nada...
Y ahora la lógica me dice que lo deje estar. Pero una parte de mí se revuelve contra esa idea, porque no quiere que todo esto se quede así. Necesito algo que se salg de la rutina, esa de callarse siempre todo lo que piensas. Pero, al fin y al cabo eso siempre ha sido así y nunca va a cambiar.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Paso.

Paso. ¿Paso de qué? De todo. No me importa nada. Sí, si que me importa pero intento fingir que no. Todo me importa, mucho y poco. Es imposible que dos contrarios se den al mismo tiempo, pero sí a mi me pasa. O, alomejor solo me importa mucho y quiero creer que me importa poco. Porque todo me afecta. Demasiado. Hasta tal punto que me perjudico a mi misma. ¿Cómo y por qué? Muy fácil, porque cuando pienso, me encierro. Y pienso porque todo me importa. Y al encerrarme  me descuido. Pero no me importa. Porque paso de todo y de nada. Por eso estoy así, y me asusto de mi misma. Así como nunca había estado. Y por eso paso. Para que nada ni nadie me preocupe. Para que nada me afecte. Para que todo se resuelva solo, o que lo resuelvan los demás. Pero... siempre se corre el riesgo de perderlo todo. Como ya me pasó varias veces y que me volverá a pasar otra vez más.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Siempre.

Bueno, aquí os dejo una visión de varios de mis siempre. No se vosotros, pero a mi, solo me perdura un solo siempre de tantos que dije.

El siempre tan emociondo dicho por ellos se quedo en una simple mirada de odio.
¿A dónde fueron a parar todos esos 'siempre'? ¿Cómo de una día para otro se puede acabar todo? Como si no existieran. Como si no se conociesen.
No deberían de haber hecho esa promesa. Nunca se cumple.
Pero estaban tan emocionados que no se habían parado a pensar esa frase de: nunca digas nunca pero nada es para siempre. Cuanta razón tenía. Pero en aquel momento la simple idea de  separarse parecía completamente descabellada. Imposible.

(...)

Y tenía que pasar. Tenían que separarse. Pero no esperaba que sucediese de esa forma. La forma más tonta que te puedas imaginar. Porque solo fue un simple fallo. ¿Importante? Para algunos sí. Para otros no. ¿A quién hacer caso? ¿Al que dice que solo es una pequeña tontería y que no es motivo para acabar con todo? ¿O al otro que dice que lo olvide, que dentro de un tiempo de dará cuenta de todo lo que hizo?
Dudas. Imposible decidirse. Porque los dos tienen razón. Necesito tiempo.

Ya es demasiado tarde para arrepentirse. Como siempre.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Final.

Y os preguntaréis ¿por qué empieza por lo que se supone que sería el final? Pues muy sencillo: porque no me gusta nada de lo planeado, tiendo a salirme de los esquemas regidos por la gente, por eso empiezo con este texto.

- Todo acabó, ya - dijo él -. Y afortunadamente parece que aquí hubo un final feliz.
+ No, no hubo un final feliz - dijo Ella. Él la miró con sorpresa.
- ¿Por qué dices eso? Claro que lo hubo. (...) (...) ¿Quieres más motivos aún para que esto sea un final feliz?
+Es que es imposible que haya finales felices,y tú deberías saberlo ya. Fue Amaya quien me lo enseñó.  No hay finales felices, ni tristes. Sencillamente, no hay finales... porque nada acaba.

Y tenía razón.